En la época en la que vivimos somos 100% dependientes de la tecnología, y es una maravilla. Encuentro fascinante tener un smartphone al cual recibo correos y con el que hago llamadas, tomo fotos, y sobre todo, gracias al cual nunca estoy desconectada y me siento “presente” en todo momento. Pero a pesar de todas esas ventajas, a veces me pregunto ¿Tanta tecnología nos habrá brindado libertad, o nos ha convertido en esclavos?
Observo a mi generación y constato que no tenemos códigos de educación respecto al uso de los smartphones. Cuando yo era niña, por ejemplo, no podía llevar a la mesa juguetes o juegos a la hora de comer en familia. ¿Hoy? Todo el mundo saca su celular con el pretexto de “estoy respondiendo un mail de trabajo”. ¿Es en serio? ¿Acaso el mundo dejará de girar si no contestamos mientras disfrutamos de nuestros sagrados alimentos?
Estamos manejando una dinámica que encuentro peligrosísima: Whatsapp. Hasta hace poco, llamar a alguien a su oficina era lo políticamente correcto: tener su número de celular no implicaba que lo fuéramos a llamar, sino que se consideraba como una carta que era mejor no utilizar al menos que de verdad valiera la pena. Tampoco llamábamos a un posible cliente a su casa, en domingo, a las11:00 p.m.
¿Hoy? Nos perdimos el respeto. Se nos hace fácil mandar todo por Whatsapp, crear grupos con cualquier pretexto y para todo, y encima, mandarnos “voice notes”. Tal vez sea culpa de mi edad, pero encuentro un poco ofensivo recibir mensajes de voz todo el tiempo, de personas que, si ven la doble palomita insisten en obtener una respuesta de mi parte pues me vieron “en línea” (aunque yo tenga desactivados todos mis estados en el Whatsapp, en mensajes de voz no existe esa opción). Me parece que no deberíamos mandar mensajes en horas fuera de trabajo o el fin de semana sólo por que vemos la última hora de conexión de los demás y sabemos que están conectados.
¡Cuánta razón tenía Blackberry en nombrar su dispositivo de esa forma! Creo que es hora de que construyamos un código de conducta digital para esta era antes de que quedemos aún más esclavizados.